Cuando llegan las bajas temperaturas y queremos disfrutar del confort de un hogar cálido, la mayor parte de nuestra atención se centra en la calefacción y en cómo conseguir que se caliente la casa al precio lo más bajo posible..

Sin embargo, cuando se trata de evitar el frío, uno de los factores más importantes que no podemos pasar por alto es el aislamiento de nuestra casa.

El aislamiento es lo que nos va a permitir que el calor que produce la calefacción se conserve en el interior de casa y dure más tiempo. Esto constituye una doble ventaja porque nos permite que la vivienda esté a una temperatura adecuada y evita que tengamos que realizar un consumo excesivo de combustible para mantener el ambiente cálido.

Es importante tener en cuenta que los suelos, paredes y techos también pueden constituir puntos de fuga del calor, sobretodo cuando nos encontramos en una vivienda antigua.

Hoy en día, tenemos disponibles en el mercado una gran variedad de materiales aislantes que nos van a permitir protegernos de las bajas temperaturas creando una capa protectora y aislante entre el interior y el exterior de la vivienda. Si nuestra casa es antigua, lo más ecomendable será consultar qué opciones tenemos para mejorar el aislamiento en suelos, paredes y techos.

Como podemos ver, el aislamiento de una casa es uno de los factores fundamentales a la hora de evitar las bajas temperaturas en los meses de más frío.

De hecho, se calcula que una vivienda con un buen sistema de aislamiento térmico puede llegar a ahorrar hasta un 30% de energía, lo que supone un beneficio tanto energético como económico, ya que supondrá un gran ahorro a final de mes.